Las
enfermedades infecciosas se trasmiten por bacterias, gérmenes, hongos y son de
difícil tratamiento en cambio las no infecciosas es por un virus muchas que
veces se trata sin medicación pero, en otros casos, sí se precisa antibiótico.
Enfermedades
no infecciosas
En
función de sus causas podemos clasificarlas en:
-Enfermedades
hereditarias o genéticas: Hemofilia, daltonismo
-Enfermedades
mentales, que provocan alteraciones de la personalidad: Esquizofrenia,
neurosis, psicosis
-Enfermedades
específicas de órganos y sistemas: EPOC, Alzheimer, osteoporosis
-Enfermedades
auto-inmunes: Se deben a un fallo del sistema inmunológico, que sintetiza
anticuerpos contra el propio organismo: Artritis reumatoide, esclerosis
múltiple
-Enfermedades
causadas por accidentes: Traumatismos
Enfermedades
infecciosas
Los
agentes patógenos, causantes de las enfermedades infecciosas se caracterizan
por:
-La
contagiosidad, o la capacidad de propagación del agente patógeno.
-La
infectividad, o capacidad del agente infeccioso para instalarse y
multiplicarse.
-La
patogenicidad, o capacidad para producir enfermedad.
-La
virulencia o grado de patogenicidad.
Los
agentes patógenos infectan a las personas desde los reservorios de la
infección, que suelen ser animales o personas portadoras que, aunque no
padezcan la enfermedad, pueden transmitirla. Las principales vías de
transmisión son: la oral-fecal, el respiratorio y el contacto directo.
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Las fases de una enfermedad infecciosas
-El
periodo de incubación: Tiempo que transcurre desde la infección hasta la
aparición de los primeros síntomas. Es variable y propio de cada enfermedad.
-El
periodo prodómico: De enfermedad manifiesta, pero con síntomas generales,
específicos y malestar general.
-Periodo
clínico: Aparecen los síntomas que definen la enfermedad, y que junto con los
datos analíticos permiten hacer el adecuado diagnóstico. Tras un periodo de
máxima intensidad de la enfermedad se pasa a una fase de convalecencia,
caracterizada por el agotamiento del organismo como consecuencia de la
respuesta ante la infección.
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La prevención de las enfermedades infecciosas.
Hay
dos formas de actuación, bien sobre el reservorio o fuente de infección (identificación
de portadores, aislamiento, educación sanitaria), bien sobre el huésped
susceptible (vacunas, sueros que potencian el sistema inmunitario).
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Las defensas contra la infección
Se
basan en el sistema inmunitario mediante defensas externas e internas, que
defienden al organismo de agentes patógenos o de sus toxinas (antígenos),
otorgándole inmunidad.
Se
puede decir que la inmunidad es la resistencia que presentan los organismos
frente a las infecciones. La respuesta del sistema inmunitario frente a los
antígenos se llama respuesta inmune.
Las
defensas externas actúan como barreras mecánicas y químicas ante la entrada de
los patógenos, y son sobre todo la piel, las membranas mucosas, las secreciones
como la saliva, lágrimas y orina y las barreras biológicas, como la flora
bacteriana natural presente en cada organismo.
Las
defensas internas se basan en respuestas activas del sistema inmunitario,
presentándose dos tipos de inmunidad:
-La
inmunidad innata o específica, que se encuentra en el organismo ya antes de la
infección, y se debe sobre todo a la acción de los glóbulos blancos (fagocitos)
y ciertas proteínas de la sangre. La reacción inflamatoria es un ejemplo de
este tipo de respuesta (se produce cuando los gérmenes atraviesan las barreras
externas con rotura de capilares sanguíneos, por un aumento de la permeabilidad
de los mismos, con los típicos síntomas de tumor, calor, rubor y dolor).
-La
inmunidad adquirida, adaptativa o específica: se adquiere tras el contacto del
patógeno y es proporcionada por linfocitos, que reconocen de forma específica a
cada patógeno y liberan unas moléculas llamadas anticuerpos que son específicas
contra cada antígeno. Ciertos linfocitos, tras el contacto con el antígeno, son
capaces de recordarlo (linfocitos de memoria), originando una memoria
inmunotóxica que protege de contactos posteriores con el mismo agente patógeno.
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La lucha contra las enfermedades infecciosas.
-Las
vacunas: Contienen los antígenos atenuados de forma que no pueden desencadenar
la enfermedad, pero sí tienen capacidad para provocar una respuesta inmunitaria
específica, quedando el organismo protegido por la adquisición de memoria
inmunológica. Es un tipo de inmunidad activa, pues es el propio organismo quien
sintetiza los anticuerpos. Requiere un tiempo para el reconocimiento del
antígeno y la síntesis de anticuerpos, pero es duradera, a veces para toda la
vida.
-Los
sueros: Son preparados que contienen anticuerpos específicos obtenidos de la
sangre de otro organismo y proporcionan, por lo tanto, inmunidad pasiva,
inmediata y poco duradera, pues desaparece al desaparecer los anticuerpos
inoculados.
-La
quimioterapia: Consiste en el tratamiento con fármacos, entre los que merecen
especial atención los antibióticos, que inhiben o impiden el desarrollo
bacteriano.
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